Mi experiencia en Punta Cana todo incluido: diario de un viaje al paraíso
Día 1 – Llegada al paraíso
Aterrizar en Punta Cana es como entrar directamente en una postal caribeña. Nada más bajar del avión, el aire cálido y húmedo te envuelve, el sol brilla como en ningún otro lugar y ya se escucha de fondo el ritmo del merengue. ¡Empieza la aventura! El traslado al hotel fue rápido, y durante el trayecto ya íbamos alucinando con el paisaje: palmeras por todas partes, playas infinitas y ese color turquesa del mar que nunca decepciona.
Día 2 – Primer chapuzón y descubrimiento del resort
Nos alojamos en un resort todo incluido en Punta Cana, y la experiencia no puede describirse con una sola palabra. Al llegar, nos recibieron con una sonrisa, una bebida fría y música en vivo. El personal nos hizo sentir como en casa desde el primer minuto. Nuestra habitación, amplia, con vistas al jardín y acceso directo a la piscina, fue un sueño.
La piscina principal es espectacular, con bar dentro del agua y camas balinesas alrededor. Entre baño y baño, fuimos descubriendo la playa privada del hotel: arena fina, tumbonas disponibles, sombra bajo las palmeras y un mar que invita a olvidarse de todo.
Día 3 – Comer como reyes
En el todo incluido no faltó de nada: desayunos con fruta fresca, estaciones de omelettes y zumos naturales. A mediodía, comida internacional, pero también platos dominicanos que nos encantaron, como el sancocho o el pescado al coco. Por la noche, nos vestimos un poco mejor y fuimos a uno de los restaurantes temáticos. Sushi, pasta fresca, mariscos… el dilema era elegir solo uno.
Día 4 – Excursiones y relax
Aprovechamos para hacer una excursión en catamarán a Isla Saona. Las vistas desde el barco, las aguas cristalinas y la parada para bañarse en una piscina natural fueron de las mejores experiencias del viaje. Ya de vuelta, una tarde de spa y masaje nos terminó de dejar como nuevos.
Día 5 – Despedida con sabor tropical
Último día. Nos levantamos con calma, desayunamos en la terraza y dimos un último paseo por la playa. Ese contraste entre el azul del mar y el verde de las palmeras es algo que se queda grabado. Y antes de irnos, un brindis con piña colada en el lobby… porque una despedida en Punta Cana siempre sabe a vacaciones eternas.
Punta Cana todo incluido: ¿vale la pena?
Sí, rotundamente sí. Si estás buscando un destino donde no preocuparte por nada, disfrutar de buena comida, playas espectaculares, atención cuidada y relax absoluto, Punta Cana en todo incluido es lo tuyo. Especialmente si quieres una escapada en pareja o una luna de miel sin complicaciones.
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